Si queremos cuidar nuestras playas, ¡mejor, no limpiarlas!

Foto: Playa Santa Marta (Baiona, Galicia).

Ya sé que este titular puede ser un poco llamativo, y que después de la época pellets, todo el mundo se estará echando las manos a la cabeza. Antes de que me crucifiquéis, quería deciros, que me gustaría hablaros de otra cosa: la responsabilidad de la limpieza de playas por los ayuntamientos.

En municipios turísticos gallegos como en el que yo vivo, es frecuente, por no decir recurrente, que cuando se acerca la primavera o la temporada turística, buldozers y palas escabadoras empiezan a remover la arena de un lado a otro. Esto solo podemos entenderlo si consideramos que la playa es tan solo un lugar de ocio, donde la gente pone una toalla sobre la arena -que tiene que estar “limpia”-, y se tumba a tomar el sol. Por supuesto, no quiero decir que tomar el sol esté mal; yo incluso me atrevería a decir que es un acto saludable en su justa medida. Sin embargo, quizás deberíamos preguntarnos por qué para disfrutar de la playa tenemos que destrozar todo el ecosistema marino que vive en torno a nuestros arenales. ¿Alguien se imagina llevar una pala escabadora al monte porque queremos ir a merendar? Nadie exclamaría bajo un arbol, ¡que asco, el suelo está lleno de ramas! Pues quizás lo tengamos claro en el monte, pero en la playa todavía no.

Las playas son como un ser vivo, dónde su corazón late al ritmo de las mareas y del oleaje. En las playas, todo se mueve a un ritmo acompasado, marcado por las estaciones y los cambios meteorológicos, pero siempre con una velocidad donde es la naturaleza la que marca el ritmo. Sin embargo, los humanos, siempre queriendo ser más eficientes y rápidos, no somos capaces de entenderlo. Nuestro calendario es una lucha perpetua contra el medio natural, ya sea moviendo la arena, o haciendo un muro de hormigón. A día de hoy ya deberíamos saber que esta forma de actuar normalmente no nos lleva a ninguna parte, y que si queremos progresar debemos conservar nuestro medio natural. ¿Y si empezamos a ver las playas de otra manera?

Las playas, en general, y las de Galicia, en particular, representan uno de los ecosistemas más espectaculares del planeta. En ellas, escondidos en la arena y en las rocas, habitan organismos únicos, que contribuyen a mantener nuestros mares saludables y nuestro ecosistema marino en perfecto equilibrio. Estas zonas costeras donde la tierra se une al mar, representan uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, siendo, sin duda, un libro abierto sobre el que aprender del medio marino. Quizás por eso deberíamos ver las playas como espacios naturales, no solo como lugares de ocio. Es fundamental considerar la flora y la fauna que viven en los arenales como parte de nuestro patrimonio. Sin las playas, nos quedaremos sin una de las mejores representaciones de un mundo, que en el caso de Galicia, ha marcado y sigue determinando nuestra forma de vivir.

Ya sé que alguien me va a decir que está muy bien este punto de vista, pero no da de comer. No podría estar en más desacuerdo. Nuestro futuro, sin duda está ligado al bienestar natural, y si no logramos entenderlo, continuaremos arrasando las playas, olvidándonos que de su buen estado de salud depende nuestra economía, sobre todo aquella que está ligada al mar, y por supuesto, aquella que incluye la explotación de algunos de nuestros productos gallegos más emblemáticos; que por otro lado, atraen a esos turistas que vienen a visitarnos, a pesar de que algunos de ellos todavía reclamen ver la playa “limpia”.