Foto : No mires arriba / Netflix
Según palabras del Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de España: “El Parque Nacional de Doñana es un mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en Europa. Destaca sobre todo la marisma, de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernación para miles de aves europeas y africanas. En el Parque viven especies únicas y en serio peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. Doñana supone la confluencia de un conjunto de ecosistemas (playa, dunas, cotos, marisma…) que dotan a este Parque de una personalidad única”.
Si atendemos a estas palabras, resulta al menos chocante, que se presente desde el gobierno de Andalucía una proposición de ley que permita legalizar pozos perforados en las proximidades del Parque Nacional para “abastecer a los agricultores”. Es obvio que ésto no es trivial. Todos sabemos que cuando un debate de estas características se plantea como una elección entre protección de la naturaleza o puestos de trabajo, la opinión pública se decantará hacia lo segundo. De una u otra manera, la realidad es que las marismas del mayor humedal de Europa se están secando.
Desde los años 80, científicos de todo el mundo alertan de que un calentamiento global nos llevará a un desastre humanitario sin precedentes. La quema de combustibles fósiles está provocando que la concentración de CO2 en la atmósfera aumente sin fin, alcanzándose valores muy superiores a los que caracterizaron la atmósfera terrestre durante los últimos cientos de miles de años. En este sentido, justo esta semana, la estación meteorológica de Mauna Loa registraba un nuevo valor récord y la comunidad científica de nuevo volvía a lanzar un SOS. Sumado a este hecho, una de las más prestigiosas instituciones científicas , la Agencia Nacional de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos (NOAA) publicaba también justo esta semana las anomalías de temperatura en el océano poniendo de manifiesto que el océano global se está calentando a un ritmo sin precedentes.
No nos engañemos, un mundo más cálido significa menos agua, y menos agua significa menos alimentos. En el último informe del Panel sobre el Cambio Climático, fruto de esas cumbres a las que acuden orgullosos nuestros gobernantes, se presentaron los datos científicos que evidencia el incremento de temperatura y la falta de humedad en una gran parte del planeta en las próximas décadas. Sobra decir que en Europa los datos más alarmantes se corresponden con los países del Sur. Oh, sorpresa, España está al sur de Europa! En dicho informe, elaborado específicamente para que lo entiendan nuestros gobernantes (y así puedan tomar medidas pertinentes) se exponen los riesgos a los que nos enfrentaremos, que sin duda están íntimamente relacionados con la falta de agua: cultivos fallidos, temperaturas extremas,inundaciones….Además, en ese informe también se presentan cuales son las zonas de riesgo y las posibles medidas para la adaptación.
Podríamos decir por tanto que la información la tenemos, y aunque se siga hablando en los medios de comunicación de “sequía” o “año anómalo”, no podremos evitar tener que vivir en un mundo donde los eventos extremos y los problemas con el abastecimiento de agua corroborarán lo que ya en los años 60 pronosticaban algunos científicos. Ojalá algún día los gobernantes digan a los ciudadanos algo así: “Andalucía está sufriendo las consecuencias del cambio climático, y si no tomamos las medidas necesarias se destruirán muchos más trabajos que los que se puedan perder cerrando los pozos que beben del Parque Nacional de Doñana”. Y si no me creen, ¡por favor no miren arriba!
Referencias:
– Datos CO2 estación Mauna Loa (Hawai). https://keelingcurve.ucsd.edu/
– Institución NOAA. https://www.ospo.noaa.gov/Products/ocean/index.html
– Sexto informe do Panel do Cambio CLimático (IPCC, Suíza Marzo 2023). https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-cycle/
– Película “No mires arriba” https://www.youtube.com/watch?v=kWkUg22UbVg