Las bateas de mejillones son poderosos arrecifes flotantes que promueven la sostenibilidad

Tratando de dar respuesta a los diversos sectores sociales y económicos relacionados con el mundo del mar y la pesca en Galicia, el Grupo de Oceanografía del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC) ha estado llevando a cabo desde hace décadas un ingente trabajo de recolección e identificación de muestras de microplancton (Figura 1).

 

Figura 1. Fotografías realizadas con un microscopio invertido de alta resolución. En las distintas imágenes aparecen distintas especies de microplancton marino recogidas en aguas de las rías gallegas. 

El estudio del plancton, debido a su pequeño tamaño, se lleva a cabo mediante la observación de muestras de agua de mar con microscopios de alta resolución. A pesar de su invisibilidad al ojo humano, el papel desempeñado en nuestros mares por estas formas microscópicas es extraordinariamente relevante, produciendo la mitad del oxígeno que respiramos y representando la base fundamental de la cadena alimentaria marina.

Fruto de años de trabajo y del análisis de cientos de muestras recogidas en las Rías Gallegas es bien sabido que el microplancton aparece ligado a un fenómeno oceanográfico muy particular, el afloramiento costero (Figura 2). Este fenómeno está íntimamente ligado a la llegada de vientos del norte a las costas de Galicia, los cuales promueven una intensa circulación de las aguas próximas a la costa. Cuando los vientos del norte empiezan a soplar el agua del interior de las rías se retira hacia el océano abierto, siendo ésta reemplazada por aguas oceánicas muy frías y ricas en nutrientes. Esta entrada de nutrientes durante los meses de más luz del año, la primavera y el verano, favorecen la floración de estas organismos microscópicos que constituyen la base de la cadena alimentaria en las Rías, convirtiéndolas en uno de los ecosistemas marinos más productivos del mundo.

 

Figura 2. Representación del movimiento de las masas de agua durante el afloramiento costero[/caption]

Figura 3. Imagen del mejillón Mytilus galloprovincialis que se cultiva en las Rías gallegas.

En las Rías gallegas, el producto estrella es el mejillón, un molusco bivalvo filtrador que se alimenta de las partículas en suspensión presentes en la columna de agua (Figura 3). Su dieta está íntimamente ligada a las floraciones de microplankton, cuya riqueza nutritiva es la responsable de que el mejillón en las Rías gallegas tenga una tasa de crecimiento significativamente superior a la de otros lugares del mundo. El mejillón se cultiva en bateas (Figura 4), unas estructuras de madera flotantes de las que cuelgan cuerdas de 12 m de longitud. Es en estas cuerdas, que pueden llegar a ser un total de 500 por batea, dónde se coloca la semilla del mejillón, permaneciendo adosado a ellas durante toda su fase de crecimiento, que en las rías es de aproximadamente 12 meses hasta que alcanza su talla comercial (8-12 cm).

Figura 4. Imagen de una batea en la Ría de Vigo.

La acuicultura del mejillón es uno de los sectores industriales más relevantes en torno a las ricas y productivas aguas de las Rías Gallegas, sector que con una producción media anual de 250. 000 toneladas mantiene un total de 8000 puestos de trabajo directos y 20000 Indirectos. Es por tanto de especial interés por parte de la comunidad científica el mantener la buena salud de estas preciosas rías, no solo porque esconden un ecosistema marino único en el mundo sino porque constituyen una fuente de riqueza natural que proporciona sustento a multitud de familias.